martes, 27 de marzo de 2012

Reseña Caliwood



“Caliwood” marca un hito con todo lo que Carlos Mayolo, Andrés Caicedo y Luis Ospina hicieron por el cine caleño y la cultura artística de la ciudad durante los años setenta y ochenta. Sandro Romero Rey, profesor de la facultad de artes de la universidad distrital, escribe y publica “Carlos Mayolo La vida de mi cine y mi televisión” en el 2008 para hacerle un homenaje a el genio del cine nacional, Carlos Mayolo, que junto a sus amigos consolidaron un movimiento artístico y cultural que consagro a Cali como la ciudad del cine durante la década del setenta y ochenta.

Los miembros de “Caliwood” no eran caleños normales, eran tipos muy entusiastas y sacrificados. Hacían cine porque les gustaba y gracias a sus críticas y nuevos estilos de cine ofrecieron una visión distinta de Colombia y de Cali. Esta era una etapa creativa, cada miembro del grupo aportaba algo distinto para la realización de proyectos. Estaban obsesionados con el famoso cine de horror inspirado en historias del escritor americano Edgar Allan Poe. También se vieron influenciados por películas europeas de bajo presupuesto y gracias a estas influencias lograron crear personajes cercanos a la cotidianidad de la época.

Es claro como personajes bastante peculiares son los que transforman por completo la forma de hacer cine durante la época de “Caliwood”. Andrés Caicedo un tartamudo con gran amor por la literatura, Carlos Mayolo un joven indisciplinado, drogadicto, borracho y terco y Luis Ospina un obsesionado por el cine, deciden experimentar y montan no solamente un nuevo estilo de cine, sino toda una infraestructura alrededor de este conformada por la productora “Cine al ojo”, la revista “Ojo al cine” que publicaba artículos acerca del desarrollo del cine nacional, entrevistas y críticas. También fundan “Ciudad Solar” un lugar donde se hacían salas de exposiciones, un cine club y un laboratorio de fotografía.

Antes Cali era una ciudad ideal para producir cine: el clima, la gente, la soltura. Hoy en día todo cambio, las empresas comerciales, la mafia, la violencia e inseguridad se encargaron de llevar al olvido esa ciudad que una vez fue cuna de grandes proyectos cinematográficos. A finales de los sesenta y comienzos de los años setenta, con la llegada de los juegos panamericanos del setenta y uno los caleños se sentían orgullosos de su ciudad, la cuidaban e inclusive fuimos la ciudad mas cívica de Colombia. Hoy en día ese civismo, ese orgullo y ese respeto por la ciudad se ha perdido llevando a Cali a tener los más altos niveles de delincuencia y violencia en el país.

Resulta decepcionante ver como se ha perdido la identidad, pero resulta más inquietante como los ciudadanos no les importa recuperar esa  identidad que quedo en el pasado, y resulta peor si esperamos que alguien venga y reviva esa tradición que hace unos años un grupo de jóvenes bastante fuera de lo común empezaron. Es evidente que de “Caliwood” solo quedan las cuatro primeras letras.

Caicedo, Mayolo y Ospina llevaron el cine caleño a una nueva faceta. Fue una época de gloria donde la capital del Valle era reconocida no por sus altos índices de criminalidad, sino por sus altos estándares como ciudad. Con la comparación y contraste entre el Caliwood setentero y el Cali de hoy en día, Sandro Romero Rey no busca recordarnos lo mal que estamos, simplemente busca rendirle un homenaje a los genios del cine caleño que con sus esfuerzos lograron una época dorada. Resulta fascinante como con ganas se pueden hacer las cosas bien hechas y terminar contribuyendo enormemente al desarrollo de un arte y de una ciudad.

Rey, Romero, S. (2008) Caliwood. En: Carlos Mayolo La vida de mi cine y mi televisión (pp 104-106) Bogotá, Colombia

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